El hombre es un animal de costumbre. Cualquier cosa que lo saque de eso lo desconcierta.
Todo es cuestión de costumbre. Nos acostumbramos incluso a lo que nos hace mal. Lo nuevo, a lo que no estamos acostumbrados, nos desconcierta nos inquieta.
¿Para qué vamos a cambiar si así estamos bien?
¿Porque nos acostumbramos a estar mal? ¿Porque nos acostumbramos al dolor?
Como hacer para, de un día para el otro, vivir sin lo que era la razón de nuestra vida. Nos da pánico la idea de despertar y ver que todo cambio, que nada es lo que era. Uno no puede más, quiere volver al pasado. Porque cuando te acostumbras a un amor, a una persona, a un olorcito, a una sonrisa, perder eso es como quedarte sin aire.
Todo es cuestión de costumbre. Nos acostumbramos incluso a lo que nos hace mal. Lo nuevo, a lo que no estamos acostumbrados, nos desconcierta nos inquieta.
¿Para qué vamos a cambiar si así estamos bien?
¿Porque nos acostumbramos a estar mal? ¿Porque nos acostumbramos al dolor?
Como hacer para, de un día para el otro, vivir sin lo que era la razón de nuestra vida. Nos da pánico la idea de despertar y ver que todo cambio, que nada es lo que era. Uno no puede más, quiere volver al pasado. Porque cuando te acostumbras a un amor, a una persona, a un olorcito, a una sonrisa, perder eso es como quedarte sin aire.